Beneficios de la exportación para el país

El interés por estudiar el crecimiento impulsado por las exportaciones surgió de la observación de las economías asiáticas orientadas a la exportación como Corea del Sur y Taiwán y el crecimiento económico que experimentaron en las décadas de 1960-70. Gracias a la aparición de las primeras series de datos de contabilidad nacional en estas décadas, se contrastó que, en términos generales, los países que aplican políticas comerciales de exportación orientadas hacia el exterior han tenido un mayor crecimiento que los países que aplican políticas comerciales orientadas hacia el interior. En segundo lugar, la evidencia apunta a una relación positiva entre el crecimiento de las exportaciones a nivel nacional y el crecimiento económico del país (Greenaway y Kneller, 2004). Por tanto, son datos que apoyan los beneficios de la exportación. 

Las causas del crecimiento económico impulsado por las exportaciones

  • Demanda agregada. Las exportaciones son un componente fundamental de la demanda agregada nacional, junto a la inversión y el consumo, por lo que aumentar las exportaciones aumenta la renta del país (Kaldor, 1970).
  • Financiación. Las exportaciones generan la entrada de divisas necesarias para financiar la importación de tecnología avanzada y servicios especializados (Kaldor, 1970).
  • Innovación. El comercio internacional expone al país al conocimiento de los socios comerciales extranjeros en forma de nuevas tecnologías, bienes y servicios más avanzados con un efecto positivo sobre el crecimiento económico a nivel nacional (Grossman y Helpman, 1991).

Sin embargo, estas evidencias son a nivel país, cuando las exportaciones no las realizan los países sino las empresas. Por tanto, ¿podemos confiar en que la evidencia basada en agregados macroeconómicos nos proporciona una base sólida para la realidad microeconómica de la empresa?

Beneficios de la exportación para la empresa

El análisis de los efectos del comercio internacional sobre el crecimiento de la empresa tuvo que esperar hasta la aparición en la década de 1990 de las primeras bases de datos a nivel empresarial. El estudio de la evidencia microeconómica permitió, en esta década, el desarrollo de la Nueva Nueva Teoría de Comercio y la creación del concepto de aprendizaje por exportación, que plantea la posibilidad de aprender exportando, en otras palabras, dar un impulso a la productividad de la empresa a través de la actividad exportadora (Clerides et al., 1998).

La literatura académica expone que hay muchos beneficios al exportar que se resumen a continuación:

  • Mejoras de productividad. Reducción de la capacidad productiva ociosa, si existe, gracias a la mayor producción necesaria para servir la demanda de los mercados internacionales (Damijan y Kostevc, 2006).
  • Economías de escala. Disminución del coste unitario de producción al repartir los costes fijos de producción entre más unidades de producto para cubrir las exportaciones (Álvarez and López, 2005).
  • Nuevas habilidades. Adquisición e implementación de nuevas habilidades de mercado como la gestión en diferentes idiomas, la logística internacional y las operaciones financieras transnacionales, que son diferentes de las habilidades requeridas para atender el mercado interno (Cruz et al., 2017).
  • Innovación. Transferencia de tecnología de los compradores internacionales al exportador en su deseo de adquirir productos de mejor calidad a menor precio, apoyando a la empresa proveedora con asesoría, patentes o diseños industriales para fomentar su productividad (Aw et al., 2011).
  • Inversión tecnológica. Las inversiones que mejoran la productividad, como la automatización y la digitalización, suponen un coste muy alto y, a menudo, tales inversiones solo son justificables para grandes volúmenes de producción, que son más fáciles de alcanzar con la demanda adicional de los mercados extranjeros. Las empresas tienden a encontrar más rentable exportar e invertir en tecnología simultáneamente como actividades complementarias (Lileeva y Trefler, 2010).
  • Más competitividad. Las empresas que venden en el mercado internacional suelen estar expuestas a un entorno más competitivo en términos de precio, calidad, seguridad de producto, tiempo y condiciones de entrega, comparado con los estándares del mercado interno, que desafían al exportador a mejorar su desempeño para poder competir a largo plazo en el mercado de exportación (Castellani, 2002).
  • Incremento de facturación. Aumento de los ingresos y del beneficio empresarial por la reducción de costes y el aumento de la competitividad, inversión e innovación derivados de la actividad exportadora. 
  • Resiliencia. Diversificación de riesgos comerciales al entrar en nuevos países y vender a múltiples clientes internacionales frente a posibles crisis de carácter local.

Beneficios de la exportación para el tejido empresarial

Finalmente, la literatura académica propone la existencia de externalidades positivas de la exportación. Por ejemplo, beneficios de la exportación se producirían si un exportador adopta un sistema de gestión eficiente, desarrolla nuevos productos y proporciona formación a sus empleados, a través de la rotación de personal, los conocimientos acabarán difundidos a otras empresas locales, aunque no exporten. Igualmente, la difusión se da a lo largo de la cadena productiva, cuando el exportador brindar asistencia técnica a los proveedores y clientes locales y facilita el acceso a nuevos productos y tecnologías, beneficiando indirectamente a todas las empresas locales que conforman la cadena productiva hacia atrás y hacia adelante (Choquette y Meinen, 2015).

Pero, si hay muchos beneficios de la exportación a nivel empresarial, la pregunta clave es: ¿por qué algunas empresas exportan y otras no?

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Bibliografía

Alvarez, Roberto y Ricardo López (2005), “Exporting and performance: evidence from Chilean plants”, Canadian Journal of Economics, Vol. 38, No. 4, pág. 1384-1400

Aw, Bee Yan, Mark Roberts y Daniel Xu (2011), “R&D investment, exporting and productivity dynamics”, American Economic Review, Vol. 101, No. 4, pág. 1312-1344

Castellani, Davide (2002), “Export behaviour and productivity growth: Evidence from Italian manufacturing firms”, Review of World Economics, Vol. 138, No. 4, pág. 605-628

Choquette, Eliane y Philipp Meinen (2015), “Export spillovers: opening the black box”, The World Economy, Vol. 38, No. 12, pág. 1912-1946

Clerides, Sofronis, Saul Lach y James Tybout (1998), “Is “learning-by-exporting” important? Micro-dynamic evidence from Colombia, Mexico, and Morocco”, Quarterly Journal of Economics, Vol. 133, No. 3, pág. 903-947

Cruz, Antonio, Carol Newman, John Rand y Finn Tarp (2017), “Learning by exporting: the case of Mozambican manufacturing”, Journal of African Economies, Vol. 26, No. 1, pág. 93-118

Damijan, Jože y Črt Kostevc (2006), “Learning-by-exporting: continuous productivity improvements or capacity utilization effects? evidence from Slovenian firms”, Review of World Economics, Vol. 142, No. 3, pág. 599-614

Greenaway, David y Richard Kneller (2004), “New perspectives on the benefits of exporting”, Économie international, Vol. 100, pág. 99-110

Grossman, Gene y Elhanan Helpman (1991), “Innovation and growth in the global economy”, The MIT Press

Kaldor, Nicholas (1970), “The case for regional policies”, Scottish Journal of Political Economy, Vol. 17, No. 3, pág. 337-348

Lileeva, Alla y Daniel Trefler (2010), “Improved access to foreign markets raises plant-level productivity … for some plants”, The Quarterly Journal of Economics, Vol. 125, No. 3, pág. 1051-1099